Manual para el cuidado dental: para profesionales de la odontología
Autismo y adaptaciones
En esta sección para profesionales de la odontología: Autismo y adaptaciones | Acogiendo pacientes autistas
¿Qué es el autismo?
El autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), se refiere a una amplia gama de afecciones que se caracterizan por dificultades en las habilidades sociales, los comportamientos repetitivos, el habla y la comunicación no verbal. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, Centers for Disease Control), el autismo afecta actualmente a 1 de cada 36 niños y niñas y 1 de cada 45 personas adultas en Estados Unidos. El autismo es diferente para cada persona, y cada persona con autismo tiene una serie diferente de fortalezas y dificultades. Algunas personas autistas pueden hablar, mientras que otras son no verbales o mínimamente verbales y se comunican de otras formas. Algunas tienen discapacidad intelectual, mientras que otras no. Algunas necesitan un apoyo importante en su vida diaria, mientras que otras necesitan menos apoyo y, en algunos casos, viven de forma totalmente independiente.
En promedio, el autismo se diagnostica en torno a los 5 años en los EE. UU. y los signos aparecen a los 2 o 3 años. Las directrices de diagnóstico actuales del DSM-5-TR desglosan el diagnóstico de TEA en tres niveles, en función de la cantidad de apoyo que pueda necesitar una persona: nivel 1, nivel 2 y nivel 3. Consulte más información sobre cada nivel. Cualquier persona puede ser autista, independientemente de su sexo, edad, raza o grupo étnico. Sin embargo, las investigaciones de los CDC indican que a los niños se les diagnostica autismo cuatro veces más que a las niñas. Muchas personas con autismo experimentan otros problemas médicos, de comportamiento o de salud mental que afectan su calidad de vida, y podrían afectar su salud dental y sus visitas al dentista. Entre las afecciones concurrentes más comunes se encuentran las siguientes:
- trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
- ansiedad y depresión
- trastornos gastrointestinales (GI)
- convulsiones y trastornos del sueño
Los niños y niñas y personas adultas con autismo pueden tener dificultades en estas áreas:
Interacciones sociales
- Iniciar conversaciones y turnarse para hablar
- Compartir intereses o emociones
- Comprender lo que piensan o sienten los demás.
Comunicación
- Contacto visual limitado
- Comprender el lenguaje corporal, los gestos y las expresiones faciales de los demás
- Regulación del tono de voz (por ejemplo, pueden hablar demasiado alto, demasiado bajo o con voz monótona)
Desarrollar, mantener y comprender las relaciones
- Expresar sentimientos y buscar consuelo emocional en los demás
- Hacer amigos y jugar con los compañeros
- Comprender los límites y el espacio personal
- Sentirse abrumado/a en situaciones sociales
Movimientos, juegos o patrones de habla repetitivos
- Autoestimulación o realización de movimientos corporales repetitivos para regular las emociones (por ejemplo, balancearse, agitar las manos, dar vueltas, correr de un lado a otro)
- Alinear juguetes en fila, hacer girar ruedas, accionar interruptores repetidamente
- Imitar el habla de otra persona, repitiendo palabras o frases (también conocido como ecolalia).
Insistencia en la uniformidad y necesidad de una rutina
- Angustia extrema incluso ante pequeños cambios en los planes o la rutina
- Conductas ritualistas (por ejemplo, ver los mismos videos una y otra vez, tocar objetos repetidamente en un orden establecido)
- Necesidad de rutina (por ejemplo, el mismo horario diario, menú de comidas, ropa, ruta a la escuela)
Intereses intensos y de gran concentración
- Gran interés o conocimiento de temas específicos y limitados
- Fuerte apego a un objeto determinado (por ejemplo, un juguete o una figurita)
Insensibilidad o hipersensibilidad a la estimulación sensorial
- Diferencias sensoriales, como sensibilidad inusual a la luz, el sonido, el tacto o la textura
- Falta de sensibilidad al dolor o a la temperatura
- Conductas de búsqueda sensorial (por ejemplo, oler o tocar objetos, fascinación visual por las luces o el movimiento)
Otras características del autismo:
- Utilizar otros tipos de comunicación además del lenguaje oral (por ejemplo, teclear en una computadora, señalar imágenes en una tableta o comunicarse a través del comportamiento)
- Dificultad con el funcionamiento ejecutivo (por ejemplo, planificar cómo completar una tarea, manejar múltiples tareas, tomar decisiones)
- Problemas con la motricidad fina y la coordinación
- Necesidad de ayuda para la vida diaria
- Dificultad para regular o comunicar las emociones, lo que a veces da lugar a conductas autolesivas o dañinas, sobrecarga sensorial, crisis o bloqueos.
Conocer a su paciente autista
Además de hacer que cada padre/madre de un menor autista rellene un formulario como el Formulario dental estándar del Apéndice, se recomienda que ofrezca una consulta previa a la visita con el padre/madre y el menor autista para tener tiempo de conocerlos y que ellos también lo/a conozcan a usted y su consultorio. Aunque cada niño es único, algunos consejos básicos que suelen ser útiles para tratar a los niños con autismo son los siguientes:
- Use un tono de voz tranquilo.
- Hable sin rodeos. No intente hacer bromas ni juegos de palabras.
- Dele tiempo al menor para que haga preguntas. .
Durante las citas y los procedimientos, será importante ofrecerle al niño/a autista descansos y la oportunidad de hacer preguntas.
“Las citas las dirige el niño: el objetivo es que tenga una experiencia positiva… Hacemos lo que se pueda y lo que no, espera. Si empieza a estresarse, paramos hasta que esté listo/a para continuar, o terminamos la cita… si las radiografías no son perfectas, volvemos a intentarlo en la próxima cita. Todos utilizan muchos elogios y frases positivas para que la cita sea realmente positiva.”
- Lindsay Austin, directora de Asuntos Jurídicos, Riesgos y Cumplimiento Normativo de Autism Speaks
Adaptaciones en el consultorio que considerar
Muchas personas autistas tienen dificultades para desenvolverse en el entorno dental. Las vistas, los sonidos y los olores del consultorio pueden resultar abrumadores, y el examen dental es intrusivo. Hacer adaptaciones físicas en el espacio de su consultorio puede marcar la diferencia para que estos niños tengan una visita satisfactoria y, a su vez, una salud dental positiva a largo plazo. Entre ellas:
- Atenúe las luces si es necesario.
- Baje el volumen de los ruidos fuertes.
- Encienda los instrumentos para que el niño/a pueda verlos antes de llevárselos a la boca.
- Elimine el desorden de su consultorio que pueda distraer al menor o provocarle ansiedad.
- Infórmele al niño/a sobre lo que va a hacer. Puede mostrarle en su mano cómo usted va a contar sus dientes para que sepa lo que ocurrirá.
- Asegúrese de proporcionar información clara y precisa cuando hable con el niño/a.
- Termine cada visita con una nota positiva, para que tanto usted como su paciente puedan aprovechar su éxito.
A veces pueden ser necesarias varias visitas para completar un examen dental. Si trabaja con la familia en este proceso, construirán juntos una relación que dará como resultado una buena salud dental de por vida para los niños con autismo.